“Nuestra sociedad y nuestros profesores necesitan redefinir los valores en los que creen, los objetivos por los que trabajan y el tipo de hombre que quieren formar”.
José M. Esteve
La RIEMS marca que quienes impartimos cátedra dentro del nivel medio superior debemos reunir ciertos atributos tanto académicos, profesionales, sociales, pero sobre todo de índole ético.
Con el propósito de fortalecer estas competencias docentes para el manejo correcto de la RIEMS, y después de hacer una valoración de mi trayectoria docente, plasmo a continuación una reflexión sobre este proceso.
A partir del sexto semestre de mis estudios de ingeniería y los dos subsecuentes anticipe materias, de manera que cuando cursaba el noveno, solo ocupaba la mitad de mi tiempo en la universidad, así que decidí buscar un trabajo temporal, el cual encontré dando asesorías al personal del extinto banco Banrural. Podría decirse que ese fue mi primer acercamiento con la docencia.
Al concluir mis estudios y en busca de trabajo por 3 meses, me llamaron de la institución pública, CBTa No. 38, el motivo, hacer un examen de oposición ya que había una plaza docente. Después de algunos años supe que no fui la primera opción, no por falta de conocimientos sino por mi género, ya que siendo un plantel agropecuario donde el personal docente es en su mayoría hombres, consideraban que una egresada del ITESM y mujer, no encuadraba en el ambiente.
Durante la primera plática que tuve con el director, él me hablo entre otras cosas, del compromiso que debía tener con la formación de los muchachos, la responsabilidad que esto implicaba y que para llevar a cabo la labor docente se necesita más que un simple compromiso laboral.
Es extraordinario como algunas personas pueden percibir en nosotros la vocación, aún cuando nosotros no la vemos, yo en ese entonces estaba más interesada en sobresalir profesionalmente en mi área de estudios, cosa que quise hacer después algunos meses. En ese momento, sopesé mi desarrollo profesional, con la poca estabilidad económica pero a fin de cuentas estabilidad que tenía, con la satisfacción, aún poca, pero que ya sentía cuando veía que mis alumnos aprendían y con la orientación del Ingeniero decide quedarme en el plantel. Esa fue la única ocasión que dude de ser docente.
Los primeros años lidié conmigo misma para encontrar mi propia táctica de enseñanza, “copiaba” a los mejores maestros que había tenido, platicaba y pedía consejos a mis compañeros de trabajo. A través de ensayo y error, cosa que desapruebo hoy en día y hubiera querido evitar en aquellos años, llegue a encontrar mi estilo. ¡Qué diferente hubiera sido si yo hubiera sido asistente de algún maestro con experiencia!
En ese entonces yo consideraba a mis alumnos todos iguales y el desempeño lo evaluaba en forma paralela sin considerar el nivel con que llegaban a mi clase, sin valorar el avance individual que habían logrado cada uno de ellos con respecto a si mismos. A través de los años y con la constante actualización en el área de educación, pues ahora tengo además la formación de maestra en ciencias en enseñanza de las ciencias con especialización en Física, mi desempeño docente ha madurado.
Hoy en día y a pesar de todos aquellos comentarios mordaces que pueda escuchar de la labor docente y otras situaciones que se presentan en mi escuela que hacen que sienta un desasosiego ya que me afectan anímicamente provocando en mí un estrés y un agotamiento mental y físico a veces innecesario y que con el paso de los años cobrará su factura, la insuficiencia de recursos didácticos que yo tengo que solventar con ayuda de mis alumnos, de la infraestructura inadecuada de mi plantel, de la carga administrativa que tengo que desarrollar, de la violencia que está presente en el entorno de la institución, de algunos alumnos cuyo comportamiento social es equívoco y muchas veces los padres han sido sobrepasados por ellos, aún con estos inconvenientes tengo motivos suficientes para sentirme satisfecha de ser docente, ver al final del semestre a los estudiantes comportándose mejor, observar que ayudan a sus compañeros que van atrasados y darme cuenta que, en su mayoría, tuvieron un avance significativo en comparación a como iniciaron el semestre, es satisfactorio.
Hoy no solo doy conocimientos, les ayudo a desarrollar habilidades para que ellos puedan resolver sus problemas, sus necesidades y obstáculos que encuentren en su vida. Mi clase está enfocada a que ellos comprendan que el conocimiento que adquieren solo les será útil en la medida que sea aprovechado para el bien común.
Por eso durante mi clase es importante que mis alumnos practiquen los valores sociales (respeto, disciplina, responsabilidad, honestidad, etc.). Al practicar los valores se logran los objetivos más rápidamente, por eso en mi institución los docentes trabajamos de forma unida apoyándonos en los programas de tutorías y Construye-T.
A pesar de todo, hay días que siento que mi esfuerzo es en vano, cuando eso pasa, pienso en todos los estudiantes a los que yo fui inspiración, a los que mis consejos les ayudaron a tomar las decisiones correctas, a los que me visitan solo por saludarme. Eso supera cualquier insatisfacción que pueda tener.
El Programa de Formación Docente de Educación Media Superior (ProForDEMS) a través de la especialidad Competencias Docentes, me ha dado la oportunidad reflexionar y hacer un análisis con mi propio pasado docente, me he dado cuenta que hay otros docentes que comparten las mismas preocupaciones pero a la vez las mismas satisfacciones de serlo, que no estoy tan errada en cuanto al cómo estoy dando solución a estas problemáticas. Esta especialidad me ha dado la oportunidad de encontrar en mis compañeros nuevas técnicas para el desarrollo de mi clase y darme cuenta que todos estamos en busca de nuestra propia identidad docente para llegar a ser maestros de humanidad.
Decir que tengo definida mi identidad como docente sería presuntuoso. Cada semestre que termina, tengo que hacer una retrospección de las mejoras que debo de realizar, de qué modificaciones debo de hacer, porque tal vez lo que imparto sean los mismos contenidos, lo que tengo que cambiar es el cómo lo imparto enfocándome en quiénes son este semestre mis estudiantes.
Estimada Mónica:
ResponderEliminarTe felicito por tu labor docente y por la creación de tu blogger, que será muy útil como recurso tecnológico en la estrategia didáctica.
Saludos de Ana Fernández
Mony.
ResponderEliminarSin duda la docencia es una de las actividades más nobles que permiten tener muchas satisfacciones, aún cuando la preparación pedagógica y didáctica se ha ido adquiriendo a través de la práctica, te felcicito, por que veo la dedicación que pones a lo que haces con tus alumnos.
Felicidades
Alicia.
Maestra Mónica:
ResponderEliminarAntes que nada la felicito por la dedicación a su labor docente. Al leer el escrito me llamó poderosamente la atención el hecho de haber sentido rechazo por cuestiones de género. Aún cuando este episodio sucedió hace varios años (supongo), es lamentable que aún en estos tiempos todavía haya individuos que tengan esa desagradable y retrógrada forma de pensar. Me parece que usted ha sabido "callar bocas" con su profesionalismo y dedicación; no deje de hacerlo, continúe actualizándose porque ese es el camino que usted se ha trazado.
Nuevamente felicitaciones
Atentamente,
Lic. Óscar Rodríguez
Mónica:
ResponderEliminarMi reiterado reconocimiento por tu trayectoria y la convicción que muestras para ser maestra.
Felicidades.
Atentamente,
Erika Hernández Carranza